3. ¿Acaso existen formas de nacionalismo no autoritario o radical?
Claro que existen. Y muy diversos. Por ejemplo, los nacionalismos
culturales.



Añadiría que el nacionalismo será siempre autoritario cuando niegue la posibilidad de la existencia de una convivencia no nacionalista.
[...]

¿Qué escuchamos hoy? Música de los 90, cantautoras catalanas, musica millenial, la internacional o el cara al sol?

¿Que se hace esta semana en la plaza, se impone una pantalla gigante para ver el mundial de futbol o se vota en referendum?

¿Como deberían licenciarse las vestimentas o canciones folklóricas "nacionalistas"? Deberían ser CC-BY-SA-ND para que al vestido de la danza que tiene 17 lunares no se le añadan o se le retiren lunares. O debería haber un vestido registrado como CC-BY-SA-ND para preservarlo como fué originalmente y otro vestido igual pero resigrado con CC-BY-SA para que aún preservando el vestido orignal puedan existir derivados.

Una licencia es siempre intervencionista porque trata de imponer una realidad aunque sea imposible o incongruente con los hechos.

Si tu código es transparente y está escrito de forma clara y sin ofuscación alguna y además está publicado en algún lugar de libre acceso entonces es código libre. Independientemente de qué licencia le adjuntes. Lo interesante sería poder detectar donde se está ejecutando tu código (mediante una firma) para al menos poder preservar la parte "BY" de la licencia.

Si tu programa está escrito de forma encriptada de tal modo que solo introduciendo una clave puede leerse, entonces es privado.

No es posible ofuscar el código para que éste no pueda ser leído concretamente por las personas nacionalistas extremistas.

Cualquier otra licencia que la propia publicación libre del código en sí es realmente una pérdida de tiempo. Pero sirve de mucho cuando se trata de exponer ese concepto a mentes acostumbradas a ofuscarse. O a gente que asume las reglas de los registros de propiedad privada. Con estas licencias es posible infiltrar una realidad libertaria en un entorno normativo más conservador y poco dado a compartir. Pero para esa teórica gente que asume la propiedad privada como cierta, licenciar o registrar obras de forma libre es como escribir código transparente y publicarlo. Es regalarlo como quien regala un programa ya compilado o quien regala las manzanas de su cosecha exponiéndolas en una plaza. En cualquier momento alguien puede decidir que va a tomar esas manzanas y ahora va a venderlas a su nombre. Y nadie sabría que las había conseguido gratis. Que las ha acaparado todas y ahora las vende impidiendo el acceso gratuito a otras personas.

Por eso para que esas manzanas fueran libres todo el mundo debería saber que las manzanas en general son libres (de hecho crecen libremente y cualquiera puede acceder a su semilla o a su código fuente) y que lo que se compra o más bien lo que se paga o se compensa no son las manzanas sino el haberlas plantado, cuidado, cosechado, conservado, almacenado, transpotado o facilitado su distribución. Si alguien compra con mucho dinero un terreno muy grande y pone muchos manzanos al coprar las manzanas le pagaremos por tener mucho dinero y haberlo gastado en eso. Y nos cobrará lo que quiera siempre que pueda venderlo todo.

Si el código es libre, cualquiera puede intentar cerrarlo. Como por ejemplo comprando github y haciéndolo quebrar. Como quien compra el campo de manzanas y poda los árboles que están fuera de los cercados. Por suerte no es necesario mucho terreno ni existen los mismos límites a la hora de almacenar el código o conservarlo. Con lo que se podría copiar y trasladar todo el material. Sí que es necesario germinarlo, cuidarlo, podarlo, y cosecharlo o convertirlo en manzanas ejecutables. Pero esque si los nacionalistas extremistas han conseguido la semilla de las manzanas, no importará que la licencia diga que no pueden cultivarlas.

Licenciar o firmar el código... Con una firma gpg... o con un sha

Yo de momento he expuesto los tomates que he cultivado en puesto a modo de mercado donde hay un bote para que quien quiera pueda hacer una donación. Pero no puedo extralimitarme y tratar de imponer si los tomates de tal variedad se usan o no en la ensalada de una cena entre personas nacionalistas. Me limito a licenciar los tomates de forma alternativa.

Me podría aventurar a publicar sugerencias de recetas para esos tomates en el puesto. Pero si luego los usan como arma arrojadiza. No puedo más que acudir al evento e intervenir allí sobre el terreno planteando el debate sobre el uso que se le da a esos tomates.

Una licencia de software que incluya el uso que se le puede dar a dicho  software hasta el punto de exponer que personas de una determinada ideología no pueden usarla estaría extralimitándose o pasando de un plano de la realidad a otro. Trascendiendo de la realidad virtual a la realidad física humana. Y para eso sirven precisamente esas licencias privativas. Para hacer un puente entre ambas dimensiones. Pero el código no se ejecuta fuera del plano virtual.

Las intervenciones son las reuniones de hackers en las que se escribe y se ejecuta código libre o privativo. Con intención de que ese folklore tecnológico sea preservado al mismo tiempo que evolucione. Así que más que licenciar el código, creo que es importante hacerlo ejecutarse. Crear contenido. Cultivar muchos manzanos para que sea imposible evitar el acceso libre a las manzanas. Publicar en zeronet el código que había en github. Por ejemplo.
















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