La verdad es que es un poco sorprendente todo esto que comentáis... Yo, que entré en el mundo de los ordenadores con MSDOS 3.20, seguí con Windows 3.1 y he llegado a Linux desde Windows 98, puedo decir que me encanta KDE y me encanta Gnome. Y cuando busqué un escritorio más ligero -por problemas de memoria del equipo que tenía- descubrí una cosa tan austera como el Blackbox -creo que se llamaba así-. Y cuando descubrí el Enlightenment, me quedé boquiabierto. ¡Vaya tela! Luego empecé a moverme de vez en cuando por consola -sin pasarme-, porque así "ves loque haces" y aprendes más el funcionamiento de las cosas... ¿Resultado? Creo que una de las cosas que me fascina de Linux es su versatilidad. Frente a un escritorio -más o menos bonito- como el de Windows, aquí tienes cuarenta y cinco, y todos altamente configurables. Y la última versión de KDE -aunque a mí me haya salido rana-, está muy bien. Y cuando te hartas de tantos lujos, tienes la consola o la austeridad quasimonástica del Blackbox... para luego volver a los excesos...
En fin... Que hay que presentar la versatilidad también como una ventaja. Y no es que yo sepa precisamente de informática... Las preguntas y los problemas que planteo bien revelan el nivel -bajísimo- de mis conocimientos en la materia. Sin embargo, incluso para quienes no sabemos, linux tiene un enorme poder de seducción. Creo yo. Josep-Antoni